verbenas

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martes, 18 de noviembre de 2014

AQUELLOS ENEROS


Ya no puedo alzar el hacha
como en esos eneros glamurosos
ni siquiera a la pala me le animo
y mis manos sus durezas han perdido.
El latido de los años ya se siente
y comienzan a sangrar sobre la espalda
que ha llevado el rojo de otros soles
de otros días de antaño y sus albores.
Ya no puedo, aunque quisiera, el golpe rudo
al desmonte necesario o a la leña
y sólo llego al solaz contemplativo
de tersura de pétalos de flores,
el discurrir del arroyo o ese vuelo
de bandurrias o de bellos calafates.
Discurre mi vida como el agua
amada y cristalina del arroyo
renovada cada vez con igual vida
sin el peso de los tiempos en los hombros.
Por eso, a la sombra azul del eucaliptus
engalanado en flores que le presta
la lujuria roja de crespones
y en los frescos aires mañaneros
que besan como labios de mi amada,
viviré la gloria de mis años

como aquellos eneros que han pasado.



Publicado en mi libro "De letras nacidas entre poetas". 2013

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