Solía ver a un hombre en harapos
sólo en su piel sostenido,
iba juntando en la calle
basuras y desperdicios
y recibía monedas de miserables
limosnas
mientras miraba a lo lejos
con las fosas de sus ojos
pues a sus ojos robaron
las angustias del pasado.
Hace tiempo no lo veo.
Tal vez dio esos cortos pasos,
en donde estaban sus luces.
Publicado en mi libro "De letras nacidas entre poetas".
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