Wenceslao, viniste a visitarme
enviado por un ángel de los cielos
y sólo en tu sonrisa yo, tu abuelo,
comprendo que viniste a deleitarme.
El gozo de tu risa son hoyuelos
que con todo tu amor vienes a darme
y sin dudas yo voy a bien quedarme
con el candor que tienen riachuelos.
Siete meses tú tienes, Wences mío,
y son ya suficientes para amarte
y tú, de tu sonrisa enamorarte
y dármela en inviernos y en estíos
para llenar con ella mis vacíos
que es así como quiero recordarte.
2-10-12
Publicado en mi libro "De letras nacidas entre poetas". 2013
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