Una gota de rocío
pende de la flor,
la protege del
sol el árbol en su sombra.
Es en la
blanca esencia del jazmín
donde la gota se
mece desde el alba
sabiendo que en
un soplo del tiempo
su gloria se irá
calladamente.
Pero allí,
mientras espera sublimarse
refracta la luz,
rocío en flor,
mostrando matices
de la lluvia
y ensalzando el
blanco del jazmín
que se siente en
el sereno, puro y fresco.
Ceremonia ritual,
entre la flor
y la gota del
rocío que viene del origen.
Inadvertidamente
la gota pende de la flor,
sin saber que las
observo y que serán canción.
Publicado en mi libro "De letras nacidas entre poetas". 2013
No hay comentarios.:
Publicar un comentario