Cuando me veo en
ti hoy reflejado
pienso en todo
ese tiempo entristecido
de dos seres en
sus propias soledades
errantes en vaivenes
sin encuentro.
Como el polen del
estambre que no llega
al estigma
receptivo de la flor
y se pierde en
desérticos vacíos,
infecundo dolor
del ya no ser.
Ni una abeja, ni
vientos, ni las aguas
advirtieron tu
engalane ni color,
ni hubo pájaro
cantor que te contara
que yo andaba en
otros vuelos.
Y tú en tu mundo
y yo en el mío
tal vez cruzamos la
mirada, mas…
yo no pude verte
ni pudiste verme tú.
Pero hay ángeles
que logran por su esencia
lo que nosotros
no pudimos alcanzar.
Y en complicidad
angélica esbozaron
el milagro que
vivimos hoy.
Publicado en mi libro "De letras nacidas entre poetas". 2013
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