La calle empedrada de adoquines rotos
en simétricos círculos centrados
brillaban como nuevos respirando historias
de las casonas de paja y adobe en calles en piedras.
Se sentía el metálico retumbe de herraduras
y casi revivían los carruajes a tiro de caballos
y me envolvían perfumes de lirios confundidos
con el frondoso jazmín del cielo de las rejas.
Aún recuerdo el empedrado y las casonas,
casonas señoriales hoy descascaradas
mas con un interior ruidoso en vidas
en sus cuartos oscuros y patios de baldosas.
Llueve sobre el empedrado y se mojan las casonas
y se moja el recuerdo de lejanas vidas.
Ancestral evocación que
quiero transmitirla
pues tal vez la encuentren bella, como yo la encuentro.
Publicado en mi libro "De letras nacidas entre poetas". 2013
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