La habitación en
silencio, en penumbras,
la mesa de luz
con luz apagada
y la ventana
entreabierta que deja saborear
la incipiente
alborada.
En el lecho de
quebracho, yo.
Atento al milagro
que acontece
escucho el
despertar de los piares, allá afuera,
con la tibieza
que al lado me acompaña
y al aire puro
que entra por esa rendija de luz.
Dejo pasar el
tiempo, que no es nada,
comparado con el
tiempo ya pasado,
sumergido en el
feliz instante de ínfima gloria.
Y mientras en el
jardín se desperezan los jazmines,
asume su señorío el
calistemo enrojecido
por el punzó de
sus flores espigadas
y tremola la
palmera en la brisa que se inicia,
yo vuelvo a
adormecerme dejándome llevar
por el arrullo
que la vida me regala
en ese silencio
vital de los piares...
Publicado en mi libro "De letras nacidas entre poetas". 2013
No hay comentarios.:
Publicar un comentario